22 mayo 2024 | Cerca del hotel
Hacia el infinito y más allá... ¡o al menos hasta el próximo faro!
Amantes del cine, cinéfilos empedernidos y exploradores intrépidos, ¿preparados para una aventura sin guión por la costa vasca? Olvidad las alfombras rojas y los focos de Hollywood, porque en Euskadi os espera un escenario natural de película: sus faros.
Sigue leyendo para saber qué ver en San Sebastián.
Faro Higer, Hondarribia
Testigos de naufragios y tempestades en una costa tan abrupta como la vasca, son numerosos los faros que han guiado a marineros durante siglos, desafiando las olas y susurrando secretos al viento. Además, suponen un patrimonio arqueológico digno de admirar y preservar de nuestro territorio. Hoy, os invitamos a descubrirlos desde una perspectiva diferente, con la mirada curiosa y el corazón aventurero de un verdadero explorador.
¿El objetivo? Recorrer una ruta mágica que conecta algunos de los faros más emblemáticos de la región, esos guardianes silenciosos que custodian la belleza salvaje del litoral vasco. Un viaje en el que la historia, la naturaleza y la esencia del cine se entrelazan para crear una experiencia única e inolvidable.
¿Su hotel en Donostia? El Hotel Zinema7, por supuesto. Un hotel dedicado al cine en el barrio de Amara, en San Sebastián, donde cada detalle respira pasión por el séptimo arte y donde la comodidad se funde con la elegancia más cinematográfica.
¿Comenzamos? ;)
Hacia el este, donde el Bidasoa se encuentra con el mar, se alza imponente el faro de Higer, un faro neoclásico construido en 1881. Situado en el municipio de Hondarribia, entre la desembocadura del río y el monte Jaizkibel, este faro ha sido testigo de naufragios, tormentas e historias de navegantes.
Imaginaos a Marlon Brando, con su gabardina y su mirada penetrante, recorriendo este rocoso promontorio. O a Audrey Hepburn, paseando por el sendero que conduce al faro, el viento acariciando su cabello y el sol iluminando su rostro.
Llegar hasta Higer es sencillo: se puede acceder a pie o en coche. Y una vez allí, os espera un espectáculo visual sin precedentes: las olas rompiendo contra las rocas, las gaviotas volando en libertad y el horizonte infinito del mar.
Además, junto al faro encontraréis un camping y un par de bares y restaurantes, donde podréis disfrutar de la gastronomía local mientras contempláis las impresionantes vistas. Un alto en el camino perfecto para saborear un pintxo de txistorra o un delicioso pastel vasco, con una copa de txakoli en la mano y la brisa marina acariciando vuestra piel.
Faro de San Antón, Getaria
Ponemos rumbo norte, hacia la bahía de Donostia. Allí, en la pequeña Isla de Santa Clara, se encuentra un faro que durante muchos años permaneció vacío y abandonado.
Sin embargo, en 2009, la artista Cristina Iglesias decidió darle una nueva vida a este faro, transformándolo en una obra de arte única. Inspirada en la naturaleza salvaje de la isla, Iglesias creó una instalación que restaura el interior de la Casa del Faro y lo convierte en un sobrecogedor entorno escultórico.
Adentrarse en este faro es como adentrarse en una película de ciencia ficción. Las esculturas de Iglesias, hechas de materiales naturales como piedra, metal y madera, nos transportan a un mundo onírico donde el tiempo y el espacio se funden.
Sin duda, una experiencia sensorial que no os dejará indiferentes. Y es que, como dijo Federico Fellini: "El cine es como un sueño, pero con la posibilidad de elegirlo".
El acceso más sencillo a la isla es a través de la Motora de la Isla: https://motorasdelaisla.com/tarifas/
Continuamos nuestro viaje hacia el oeste, hasta la villa de Getaria. Allí, en lo alto del Monte de San Antón, se encuentra el faro del Ratón, construido en 1862 sobre los restos de una antigua ermita.
Este faro de 21 metros de altura ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de la costa vasca. A sus pies se extiende el monte de San Antón, una zona de recreo y esparcimiento para los habitantes de Getaria.
Imaginemos a Clint Eastwood, subido a la torre del faro, oteando el horizonte con su mirada penetrante. O a Humphrey Bogart, encendiendo un cigarrillo y buscando con la vista a su próxima aventura.
El faro del Ratón es un lugar mágico, donde el tiempo parece detenerse y la imaginación puede volar libre. Un lugar perfecto para reflexionar, desconectar y conectar con la naturaleza.
Y es que, como dijo Alfred Hitchcock: "El cine es un arte que nos permite escapar de la realidad y vivir otras vidas".
El acceso al faro del Ratón está prohibido a los vehículos. Sin embargo, se puede llegar caminando desde el centro de Getaria en unos 30 minutos. Un paseo agradable por un entorno natural de gran belleza.
Tras un día de aventuras por los faros de Euskadi, ¿qué mejor que relajarse en el Hotel Zinema7?